Rubén Lafuente: la serenidad del valenciano que piensa su golf
“No recuerdo cuándo empecé a jugar al golf. Simplemente, estaba allí desde siempre.”*
Rubén Lafuente es valenciano, criado entre Manises y El Bosque, un lugar que siente como su segundo hogar. Hijo de su padre —su primer espejo en el campo—, heredó esa pasión silenciosa que, a día de hoy, se traduce en su forma de jugar: metódica, equilibrada y sin estridencias.
Edad y paso al profesionalismo
Tiene ahora 24 años. Tras triunfar en las Nick Faldo Series, dió el salto al profesionalismo en junio de 2024, según confirmó tras su primera vuelta en el Alps Tour Andalucía – a 1 golpe del líder después de 65 golpes .
Palmarés amateur: constancia ganadora
Podemos destacar de entre su extenso palmarés de amateur:
- 🥇 Campeón Absoluto de la Comunidad Valenciana 2022 (–8, El Bosque).
- 🏆 Campeón del Campeonato del Club de El Bosque en 2022 y 2023.
- 🥈 Subcampeón de España Universitario 2022, representando a la UCV.
- 🔥 Buenas actuaciones en el Campeonato de Barcelona Masculino 2023, con rondas bajo par.
Palmarés profesional: impactos tempranos
Como profesional está marcando su espacio en menos de un año:
- Primera vuelta de 65 golpes en el Alps Tour Andalucía 2024, destacando con nueve birdies .
- Campeón del Campeonato Dobles de Profesionales de la CV 2025 (Oliva Nova).
- Campeón del Campeonato de Madrid PGAe Julio 2025, después de una remontada sensacional en El Encín (–14 con 64 en la última vuelta) .
Curiosidades con mirada psicológica
- 🎓 Estudia CCAFD en la Universidad Católica de Valencia, compatibilizando sus días de entrenamiento técnico y físico con los académicos .
- 🗣️ Entrena con Eloy Pinto, quien une técnica, buen ambiente y exigencia .
- 💡 Metódico en su preparación, apunta sensaciones tras las rondas y cultiva la inteligencia emocional como base de su rendimiento.
- 🎯 No es el más estridente, pero sí el más concentrado: en sus propias palabras, “mi juego corto y la capacidad de recuperación están a otro nivel”
¿Por qué abrir Golf y Mente con Rubén?
Rubén encarna lo que pretendemos contar: el golf que nace en la cabeza y camina con paso firme. El golf de los 24 años que ya mira de tú a tú a los mejores, sin ruido, sin precipitaciones. Habrá birdies, sí, pero aquí queremos saber qué pasa entre ellos: cómo se piensa un golpe, cómo se sale de un putt fallado, cómo se mantiene la confianza cuando los números vacilan.
Por todo esto, Rubén Lafuente es el primer entrevistado de Golf y Mente, y porque estamos convencidos que lo veremos brillar en el firmamento de los grandes.
Entrevista a Rubén Lafuente – 21/07/2025
Willy: “Rubén, hoy quiero que hablemos del coco, de lo que pasa por dentro. Para empezar, me interesa el salto al profesionalismo. ¿Has notado algún cambio en tu forma de estar en el campo desde que diste ese paso?”
Rubén: “Pues la verdad, en el día a día no ha cambiado mucho. Entreno igual, tengo la misma rutina. Pero en torneo sí se nota. Cuando estás jugando por pasar el corte, la tensión es distinta. Las últimas rondas no tienen nada que ver con las primeras. Si estás justo al límite, la cabeza cambia: si vas fuera por poco, arriesgas; si vas dentro por poco, te agarras como sea. Quieres jugar el domingo, y haces todo lo posible por lograrlo.”
Willy: “¿Cómo eres mentalmente durante una semana normal de circuito?”
Rubén: “Cuando se acerca un torneo, algo se enciende por dentro. Se activa el ‘modo competición’. Empiezo a entrenar con otra actitud, más metido, más enfocado. No es lo mismo que entrenar por entrenar. En el tee del 1 ya sabes que no estás en una pachanga con amigos. Visualizas más, piensas cada golpe, te concentras en lo que estás haciendo y en lo que viene después. No sé explicarlo del todo, pero se nota que el chip cambia.”
Willy: “Te vi en el Alps Sur de las Castillas. En el hoyo 7 ibas muy bien y, de pronto, llegaron varios bogeys seguidos. ¿Qué pasó?”
Rubén: “Sí, venía jugando bien, había empezado con dos birdies. Luego pegué varios golpes desde la calle que parecían buenos, pero la bola acabó en sitios malos. Me pasé la bandera por poco y, de pensar en birdie, acabé haciendo bogey. Frustra, claro. Pero hay días así. No puedes enfadarte demasiado. A veces juegas bien, vienes en racha, y aún así los golpes no salen. Eso también es parte del golf.”
Willy: “¿Qué hace tu cabeza en un momento como ese?”
Rubén: “Al principio te enfadas, es inevitable. Pero enseguida intentas pasar página. Entras en ‘modo control de daños’. Si puedes salvar el par, genial. Si no, bogey… y a seguir. No te puedes quedar atascado en lo que pudo ser. Lo importante es cómo reaccionas al siguiente golpe.”
Willy: “¿Te hablas internamente cuando algo se complica?”
Rubén: “Sí, claro. Ves la bola en el aire y piensas: ‘¡Perfecta!’. Pero de repente rebota mal, se va al rough, y piensas: ‘Uff…’. Entonces te hablas: ‘Vale, ya está. A sacarla de aquí y salvar lo que se pueda’.”
Willy: “¿Alguna vez te has sentido completamente fuera de foco, como si tu cuerpo jugara pero tu mente estuviera en otro lado?”
Rubén: “En torneo, nunca. Estoy al 100%. No me voy. Estoy metido. Aunque sí hay momentos mentalmente duros, claro.”
Willy: “¿Recuerdas alguna vuelta especialmente dura a nivel mental?”
Rubén: “Sí. El año pasado, tercera ronda del Alps de Andalucía, en Aguilón. Segundo hoyo: socket. Tercer hoyo: otro socket. Iba +4 en dos hoyos. Y mi cabeza solo repetía: ‘No le puedo dar’. Fue como un bloqueo. Una sensación de no saber jugar. Como si todo lo anterior no valiera para nada. Intenté quitarle importancia… pero es muy difícil.”
Willy: “¿Trabajas específicamente la parte mental?”
Rubén: “Sinceramente, no. Sé que es importante, pero no siento que esté perdiendo respecto a otros por no hacerlo. Aunque seguro que ayudaría.”
Willy: “¿Qué te pasa por la cabeza cuando fallas un putt corto?”
Rubén: “Rabia. Mucha rabia. Es una sensación muy fea. Últimamente no fallo muchos, pero cuando pasa, duele. Aun así, en el siguiente hoyo ya estoy pensando en compensar, en hacerlo mejor, en remontar.”
Willy: “¿Y te ha vuelto a pasar algo como aquellos sockets?”
Rubén: “No, por suerte no. Es un infierno arrastrar esa sensación. Te bloquea.”
Willy: “Hace poco viviste una montaña rusa: ganas el Dobles de Profesionales, luego en el Alps Tour de las Castillas se complica el último día… y una semana después ¡ganas el Campeonato de España! ¿Cómo viviste eso?”
Rubén: “No lo sentí como una montaña rusa, la verdad. En el Dobles jugamos muy bien y ganamos merecido. En el Alps pasé el corte, que ya era uno de los objetivos. Y en el Campeonato de España fui sin presión. Empecé con -5, luego una buena vuelta por la tarde con -1, y me sentía jugando mi golf. Iba viendo que podía estar arriba. De hecho, no me di cuenta de que podía ganar hasta que miré el live score y vi que iba primero. Ahí pensé: ‘¡Ojo!’. Pero no cambié nada. Seguí a lo mío.”
Willy: “¿Disfrutas más ahora el juego que antes?”
Rubén: “Mucho más. Me centro más en jugar bien que en el resultado. Disfruto cuando me siento sólido, cuando veo que estoy compitiendo y que puedo ganar. Eso me llena mucho más que una tarjeta llena de birdies sin sentido.”
Willy: “Para cerrar… Si pudieras hablar con el Rubén de hace 10 años, ese chaval que empezaba a despuntar como amateur, ¿qué le dirías?”
Rubén: “Que se relaje. Que no tenga prisa. Que las cosas llegan. Y que disfrute más del camino.”
Willy: “Gracias, Rubén. Ha sido una pasada escucharte.”
Rubén: “Gracias a ti, Willy. Un placer.”
Conclusiones: La cabeza de Rubén
Rubén Lafuente no es un jugador que viva en el ruido. Es un competidor que piensa, que se adapta, que reacciona. La serenidad con la que habla del error —incluso cuando duele—, muestra una madurez poco habitual en jugadores tan jóvenes. No necesita hacer grandes gestos para transmitir fortaleza: su fuerza está en seguir. En no bloquearse del todo. En entender que hay días que salen y días que no, pero que la constancia y la cabeza fría son las que pagan peaje a largo plazo.
No entrena la parte mental… pero su instinto lo coloca, una y otra vez, en el lugar correcto. No se pierde en el resultado ni se engancha a la tarjeta: se engancha a su juego. A su ritmo. A su manera de ver el golf.
Gracias Rubén.
Rubén, ha sido un auténtico placer tenerte con nosotros. Gracias por tu cercanía, por lo que has compartido y por dejarnos ver ese entusiasmo tan tuyo.
Charlas como esta nos recuerdan por qué vale la pena parar y escuchar con atención: porque detrás de cada historia hay talento, humildad y futuro.
Te deseamos todo lo mejor en lo que venga —y no tenemos duda de que te esperan cosas grandes. ¡Sigue brillando!
Un abrazo y hasta pronto.